4/2/09

Arquitecto Marcelo Villafañe


Casa Brown. Kentuky Club de Campo
Funes. Octubre 2004

Ubicada sobre una esquina de la avenida principal del club de campo Kentucky, situado frente a la autopista a la altura de Funes, a unos veinte kilómetros al oeste de Rosario.
El lote está al norte de los eucalyptus en una posición de proximidad con los árboles que fueron separados por un retiro con una diagonal a 30 grados como prevención de la caída de ramas, que a generado un lote en esquina pero con ángulo agudo que permitió desarrollar el proyecto en forma de V.
El encargo, una residencia permanente para un matrimonio con tres hijas mujeres, que decide cambiar una condición urbana por una situación de calidad de vida más cercana a la naturaleza. Premisas claras como que sería mejor estar en sectores separados, que techos inclinados de chapa eran del gusto de ambos, que el uso de la piedra y que no muchas más condiciones darían comienzo a la construcción del proyecto de casa que llevaría varios meses.
Todo el desarrollo del anteproyecto y luego de la obra fue dado en el marco de una actitud de predisposición, sentido común y comunicación. El rol jugado por los comitentes ha sido fundamental en el desarrollo de toda la obra, entendiendo cada demanda no como obstáculo insalvable y acabado sino como posibilitador, en un ajedrez donde el arquitecto juega con negras.
La planta se despliega en el ángulo agudo sobre los dos lados expuestos a la mirada pública, la construcción cobija un espacio central con una gran galería y dos alas opuestas de dormitorios, articuladas por dos huecos que perforan la planta, aportando luz y visuales. Dos escaleras* nos llevan a sendos entrepisos, lugar de estar, estudio y lectura.
La casa se levanta con la misma lógica de su distribución, lo exterior deviene en interior como un guante dado vuelta para ser atrapada por una mirada interior que siempre ha de encontrar, entre reflejos de vidrios y paredes blancas, toda la dimensión de la arboleda circundante. De lejos se puede observar el intento de posarse de los techos en su afán de desmaterializarse. La casa simula ser menos, solo pasa a ser más por dentro en su propia interioridad.
La materialización es austera, un solo color, un solo piso interior adoquines de madera, techos y maderas de pino oscurecido.
Todo lo exterior desde el piso hasta una línea de dinteles es de doble muro de adoquines de piedra, como una calle vertical, alzada como alegoría de una urbanidad amenazada.
Rosario octubre 2004

*De las escaleras:
Apelamos al principio mismo de la madera terciada que consiste en tres placas trabadas con las vetas en sentidos opuestos , así a la fricción utilizamos el multilaminado en dos piezas de 18 mm una horizontal la otra vertical, unidas y pegadas son la devolución de una mirada transparente a su lógica constructiva donde cierta inestabilidad aparente está dada por el ocultamiento intencional de la pieza vertical.

HACER CLIK SOBRE LAS FOTOGRAFÍAS PARA AMPLIAR



















































































1 comentario: